
Después del impacto de El Aire, Maka sorprende otra vez estrenando Mis Raíces.
Maka, interesante autor de Almanjayar que ya ha vivido varias vidas, como para llenar tres series de HBO, parece estar reinventándose otra vez. De momento, solamente en este verano, ya ha estrenado dos singles muy interesantes creando desde el flamenco. El Aire fue editado el 25 de junio, y en estos días de agosto llega Mis Raíces. Ambos temas forman parte del que será próximo trabajo discográfico de Maka, un artista que, en sus aún recientes discos Bendiciones y Maldiciones, ya mostró intenciones de quizás comenzar una etapa más flamenca en su producción, con asuntos como la interesante bulería Pena Penita Pena. Entre medias, en marzo hubo Besos Como Puñales, reseñable colaboración con Javi Medina, otro más que prometedor autor para los próximos años.
Por qué Maka me resulta un artista necesario
Por Jaci González
Del mismo modo que hace veinte años El Barrio actualizó los conceptos que en los noventa hacían Ketama y La Barbería, yo lo que veo en los proyectos actuales de Maka es una actualización de esa misma base conceptual, pero desde una perspectiva urban. Mientras la mayoría de los demás insisten o en simplemente intentar imitar los mundos de Rosalía o de C Tangana sin saber adaptarse bien a lo que está pidiendo el público realmente, o aquellos que todavía insisten en imitar el sonido Ketama literalmente, como si no hubieran pasado ya casi treinta años de todo aquello. En medio de todo eso está Maka, que tiene su propio mundo y concepto. No es de ese lote de repetitivos clones que se quedan en solamente hacer algo así como hip hop o reggaeton con palmas por tangos, ni de los que insisten en imitar literalmente fórmulas flamencas del pasado, sean las fórmulas de los noventa, o sea imitar en bucle el formato creado por Antonio Chacón hace un siglo, cantaor y guitarrista sentados en sillas de enea. Maka sabe lo que está haciendo, muy probablemente está creando su propio mundo flamenco.
En el momento actual, creyendo intentar emular los éxitos rotundos de gente como Rosalía y C Tangana, cada viernes aparece un carro de singles clónicos, como intentando hacer flamenco urban, casi siempre dando cringe, haciendo imitaciones mal de cosas que ya hace tiempo hacía bien el propio Maka en los tiempos de Dvende. Sacan cosas todos los viernes como intentando inventar lo que ya está inventado y le queda bien al gran Dellafuente, que a su vez es también un colega chino armillero coreano de Maka, juntos ya han hecho cosas interesantes. Pero vamos, hay muchos que insisten en hacer clones mal, sin darse cuenta que no es lo mismo meter adornos flamencos con calzador intentando seguir una moda, que hacer flamenco de manera orgánica y natural encauzándolo a través de la música urbana actual. Eso es así, sea la intención adornar con flamenco lo urban actual, o sea la intención hacer flamenco llevándolo hacia el urban. Los plastas repetitivos clónicos del reggaeton y trap con palmitas y chillíos random, a estas alturas de la película, ya podrían haberse dado cuenta de un asunto esencial en aquello cuyo éxito pretenden emular: cosas como EMQ de Rosalía no es urban con adornos flamencos, es flamenco evolucionado al presente.
No es posible intentar ir por un camino como el de Rosalía simplemente metiendo entre el dembow del reggaetón antiguo, o entre el four on the floor del moombahton, o entre una base rítmica para trap, unas palmitas por tangos, un quejío o una voz que suene parecida a flamenca. Porque, por ejemplo, Rosalía es deconstrucción de zambra, hacer seguiriya urban, o a veces comerse un par de notas en la estructura rítmica de la bulería por soleá, para llevar a un más allá desde el ritmo la costumbre típica flamenca de omitir la última o dos ultimas sílabas, al rematar un tercio de cante. Se intuye que, al igual que Rosalía, el ser humano Maka sabe lo que hace cuando hace cosas desde un punto de partida de concepto flamenco. Él es muy diferente a Rosalía, pero se percibe que está en ese mismo lado de conocer bien el flamenco, para saber llevárselo a la música urbana actual, Maka sabe ir más allá. No es lo mismo meter adornos flamencos en lo urban, que hacer urban flamenco. De ahí que Maka me esté resultando tan interesante como Rosalía.
Con los sonidos que está proponiendo Maka en estas semanas, se ve venir que él conoce hasta el más escondido arreglo de los discos de Ketama, La Barbería, Ray o El Barrio. Y también las falsetas de Paco en los discos de Camarón. Porque sus conceptos de este verano suenan a reinventar todo eso, adaptándolo a un concepto sonoro actual. Es necesario que sucedan cosas así, estamos en el 2021. Lo que sucedió en los noventa con Ketama y otros es bonito, es maravilloso, pero ya estamos en otro contexto y otro tiempo. Para ser ahora mismo un posible nuevo caso flamenco relevante como Rosalía o las cosas de C Tangana en El Madrileño, o como en su momento fueron Ketama, Ray, La Barbería o El Barrio, hay que ser flamenco y saber qué se está haciendo. Eso sí se percibe en Maka, y por eso ahora mismo está resultando muy necesario: sabe llevarse el flamenco a un contexto y concepto actual. Eso podría suceder en lo que está empezando a lanzar Maka, que podría verse en cierto modo como un viaje de vuelta de algunas cosas que sucedieron en su álbum Dvende: después de adornar flamenco lo urban quedando bien en su caso, ahora empujar al flamenco hacia ese concepto. Maka situándose enfrente de lo que él mismo ya ha hecho, hacer las cosas desde la perspectiva de un flamenco que va hacia el urban más que como un urban que adorna con flamenco. Es situarse en el otro lado, pero no por ello es hacer lo inverso, porque siempre hay que recordar que, hace un siglo, el flamenco era la música urbana predominante.